Hostigamientos y acosos

En el escenario de la Guerra Social Maya las mujeres no hablaban de experiencias de acoso, por miedo al rechazo de su familia, sobre todo si habían sufrido una violación sexual. Creían que después de ese acto nadie podría ayudarlas y por ello muchas mujeres optaron por un silencio1 que derivó, con el tiempo, en un olvido voluntario y quizá para ellas, en un olvido positivo que les sirvió para continuar con su vida.2

En esta guerra cuando las tropas de la coalición de los mayas o las tropas militares atacaban alguna población, acababan con todo: mataban hombres, mujeres y niños, practicaban violaciones y robos, arrasaban con las casas y tomaban rehenes.3

La vida en medio de este conflicto y aún años después de terminada la guerra, estuvo impregnada por un ambiente de violencia derivada de la ocupación militar y del despojo del territorio de los mayas, mismo que fue trasformado en 1902 en el Territorio federal de Quintana Roo. Territorio que presentó un desmedido incremento en el índice de masculinidad derivado del ingreso de militares para unirse al servicio de la campaña en contra de los mayas en 1899:

“En la parte centro oriental de la Península se contabilizaron 6,956 hombres y tan sólo 3,839 mujeres; mientras que en el norte, pasó algo similar pues se registraron 5,914 hombres y 3,671 mujeres”4

En ese territorio masculino y quebrantado por la guerra hoy en día viven las familias de los descendientes de la resistencia maya, pero también las familias de los militares a quienes les brindaron tierras por haber participado en la operación militar. En ese territorio existe una amplia tradición oral de la guerra.5

“Abundio Yamá recuerda “[los militares] mataban a nuestras mujeres [mayas] y las violaban, quemaban nuestras casas y nuestros plantíos6

Algunas mujeres al ser capturadas inventaban que alguno de los presos era su marido, con la esperanza de evitar ser transgredidas sexualmente por los militares.7 Sin embargo muchas veces ni las esposas de los militares estuvieron a salvo de sufrir acosos:

Un militar, el coronel Fernando Quintero en estado de ebriedad, acosó a la esposa del capitán segundo Alfonso Parra. Al defenderse la señora Parra, el coronel la insultó “por haberse negado a acceder a torpes deseos8

En ese escenario de la guerra las mujeres no escaparon del acoso ni por su posición social, ni por su clase económica, ni por su afiliación a algún grupo étnico.

>>>  Viudas de la guerra

 


1 Svetlana Alexievich, La guerra tiene rostro de mujer, Editorial Debate, 2013.

2 Arriaran, Samuel, Filosofía de la memoria y el olvido. México, D.F., Universidad Pedagógica Nacional, 2010.

3 Badillo Sánchez, Alejandra, “Voces olvidadas de la Guerra Social Maya: Mujeres y menores de edad”, en La Guerra. Revista Vínculos. Sociología, Análisis y Opinión, Año 3. Núm. 5, Marzo-Agosto, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de Guadalajara, 2022.

4 Badillo Sánchez, Alejandra, Rumbo al corazón de la tierra macehual. La “Campaña Militar de Yucatán contra los mayas” 1899-1904,Tesis de doctorado en Historia. Mérida, Yucatán, Ciesas-Peninsular, 2019.

5 Véase nota 3

6 Canté, Marcos, De la cooperativa Xyaat, “Entrevista realizada a Abundio Yamá, 96 años de edad”, en Christine Kron ed. 2016 Últimos Testigos: The Last Maya Rebelión in Yucatán, Munich, Bravia:Hirmer Verlag GmbH, Edición Mul, 2015.

7 Véase nota 4

8 Cantón, Francisco a Porfirio Díaz, Mérida, 1 de junio 1899 (CPD-UIA Legajo 58, Caja 4, T. 2041).